Un joven profesor universitario se enamora perdidamente de una bella y misteriosa muchacha a la que conoce en un seminario de literatura y se lanza en su persecución por medio mundo. Viaja de un congreso académico a otro, con continuos cambios de continente, y en su periplo en pos de su amada se va topando con una variopinta fauna de intelectuales de postín y prestigiosos académicos, conferenciantes internacionales para los que los aviones se han acabado convirtiendo en su verdadero hogar. David Lodge retrata el enloquecido mundo de esta errante tribu cultural en el que reinan las envidias, intrigas, zancadillas, bajos instintos, arrebatos de lujuria y mezquindades varias con una jocosa ironía y crea una comedia repleta de situaciones desternillantes, en la que además se permite jugar con guiños tomados de las novelas románticas y del ciclo artúrico y dar un divertido y malévolo repaso a las teorías literarias hoy día en boga.
Un disco no puede faltar, últimamente estoy algo desconectada, pero Sam Roberts, acaba de sacar algo nuevo
El beautyregalo no puede faltar, aunque últimamente estoy bastante servida, pero, un buen contorno me parece básico. El de Lancome, Renergie yeux, es el que vengo usando desde hace un tiempo, y estoy contenta.
Aunque pienso que está bien cambiar, porque la piel se acostumbra, y querría probar el Supremya yeux, de Sisley, pero siempre probando antes, porque no me gusta comprar a ciegas.
Tengo el capricho de un Kit de cocina molecular, desde que lo vi en el DIYshow, gracias a Cocinista. Me enseñaron el de Ferrán Adriá que costaba unos 70 euros.
Pero también tenían este Kit de cocina molecular, por unos 35 euros, que para probar, está perfecto.
Con esto iba a hacer yo unos buenos cuchurutus...
Calcetines no pido, que de esos los Reyes nunca se olvidan, aunque he visto estos en Nice Things, y me han encantado.
Para la casa... pediría de todo, aunque tengo de todo ya, pero siempre queda esa cosa pendiente...
La tetera de San Claudio, Grana, que será muy cursi y nadie toma té, pero yo sí, y me gusta eso de tener una tetera.
Aunque puestos a pedir, todo esto me encantó en las últimas visitas al Museo Thyssen en Madrid. Menos los vasos, el esto es todo prácticamente decorativo, pero ¿y lo bonito que queda...?
Aunque si nos ponemos a pedir cosas bonitas sin ton ni son, me encantó la vajilla de Vista Alegre con motivos de Alicia en el país de las Maravillas.
Pues lo dicho, recomendaciones para la lista de Reyes, deseos propios y ajenos. ¿Qué pedís vosotras? Supongo que de todo, como yo.
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